Datos personales

Mi foto
Soy lo que soy. Lo que ves, es lo que hay.

jueves, 2 de febrero de 2012

Un Árbol frutal

Hay veces que la vida es como un árbol frutal,  si sabes cuidar de ella, te da frutos exquisitos. ¿Qué quiero decir con eso? Pues que uno de los frutos que puede darnos… es el amor, sí, un sentimiento ¿Por qué no? No sé, a mi me es misterioso, porque todos hablan de él con normalidad, algunos bien otros mal… como con todo, pero pocos han sentido amor de verdad, no lo han visto, no lo han olido, tampoco tocado, sí tocado tampoco,  que el amor sea un sentimiento no quiere decir que no podamos convertirlo en algo material… ¿No? Ya verás piénsalo, puedes dar amor, recibir amor, y también almacenar amor, sí sí, acumularlo;  en una foto, un libro… en cualquier objeto i/o persona puede haber amor, o guardar amor.  ¿Yo? ¡Pues claro que guardo amor, doy amor y recibo amor! Bueno bueno, puestos así os contaré la historia:
Era un veintiséis  de julio, del año dos mil once, hacía unos días, una amiga mía me pasó los datos de un chaval que vivía aquí en Gavà, su nombre es Edgar, Edgar López, un chico muy atractivo de dieciséis años, de estatura media, castaño oscuro y ojos marrones verdosos .
No me lo pensé dos veces, y este mismo día, el veintiséis de julio quedé con él.
Se le puede describir fácilmente, es alguien humilde, bueno, generoso, alegre, divertido, cariñoso,  testarudo…Seguro que me dejo adjetivos para poder expresar lo maravilloso que es  ¡pero tampoco iba a enrollarme explicando todo al principio! Hay que dejar algo para el final.
A lo que iba, pasamos una tarde muy agradable, entre risas más que nada,  y se iba acercando la hora de recogerse y irse cada uno para su casa, una verdadera pena la verdad…
Comenzamos acompañando a una amiga, que vive dos calles más arriba que yo, cerró la portería y se marchó, nos quedamos solos, ¡que nervios! A mí me gustaba mucho, pero no creo que el sintiese lo mismo por mí por aquél entonces… Así que le dije un adiós, acompañado de una sonrisa, y comencé a cruzar el paso de cebra.
De repente escuché mi nombre, venía de la otra cera, me giré y allí estaba él…mirándome fijamente.  Me quedé empanada unos segundos, pero cuando por fin pude reaccionar le contesté: ¿Qué? Acercándome un poco a él para escucharle mejor, me chocó la mano, y me dijo: Adiós, también con una sonrisa, se giró y tiró calle abajo.
Cuando volvía de camino a casa iba recordando la tarde, sonriendo como una estúpida. Por lo menos había conseguido caerle bien, y conocerle un poco mejor, algo es algo… ¡Ya veremos si con el tiempo pasamos de la fase CONOCER, a la de AMISTAD!




4 comentarios:

  1. I wonder how, I wonder why,Yesterday you told me about the blue blue sky. And all that I can see is just another lemon-tree. I'm turning my head up and down, I'm turning ,turning ,turning ,turning ,turning around. And all that I can see is just a yellow lemon-tree.
    Pero hay una duda que nunca me responden igual. ¿Fotos en un disco duro o fotos en papel?

    ResponderEliminar
  2. No solo almacenas amor... También ceguera de la buena. Ya lo he podido comprobar cerca del Atrium. Iba a pedirte que me lo presentaras pero preferí permaner invisible en medio de la calle. Si no fuera por la ceguera nadie se enamoraría.

    "Si el amor es ciego,
    ¿Por qué esconderlo?
    Sólo uno podrá vér
    tus sentimientos
    en ese simple adiós
    o en un te quiero."

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, la verdad es que sí, la ceguera hace mucho Don Luís. ¡En cuanto a lo de presentar, no lo pillo... jajajajaja!

      Eliminar