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Soy lo que soy. Lo que ves, es lo que hay.

martes, 22 de mayo de 2012

De todas las mentiras que dijiste, te quiero era las que más me gustaba.
Solías pronunciar palabras que yo quería creer inciertas, pero igualmente eran dolorosas.
Me quedó siempre el recuerdo borroso de una última de las frases que dijiste; "Haz lo que quieras, eres libre"
Me dió la sensación de haber sido tu prisionera durante todos aquellos años, bueno de echo lo era, pero yo nunca quise verlo así, trabajaba como tu criada con mucho gusto.
Y ahora, puf, como si nada, en un soplido, todos los años de trabajo pasaron a ser nada, "era libre". ¿Libre de qué? No entendía nada...
Tu me gustabas, eras imperfecto, y en la imperfección de tu persona encontré la perfección.
Eras la única persona que he conocido capaz de hacer llorar a alguien con solo una palabra de desprecio.
Aun que yo ubiese mantenido una relación contigo hacía veinte años, ahora había pasado a ser la "chacha", lo más insignificante que se puede tener en la vida, el miembro que se acopla a la familia, y el único diálogo que hay con él es si ha acabado de fregar, por ejemplo. Que miseria de vida. Y bueno te dejo esta nota bajo la almohada porque no acabé de entender lo de que soy libre. Ya que estoy, voy a aclarar que desde la primera noche que besaste estos labios colombianos, dejaste mi persona impregnada de un profundo y eterno amor Italiano.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Botas y tirantes - Parte 1

La convivencia era cada día más difícil; discusiones, gritos, faltas de respeto a todas horas…Aquello era insoportable. Recordé los amados años 60. Por aquél entonces yo era joven, guapo, valiente…Ahora soy un viejo, arrugado y cascarrabias. Lo reconozco, soy un cascarrabias, también un orgulloso, pero ese ahora no es el tema. Tenía veinticinco años, oh si, lo recuerdo perfectamente, aquello me cambió la vida. Mi esposa de hoy, no era mi novia del ayer, yo era un don Juan, un “pichaloca”, como decía mi abuelo. Salí con una chica menor que yo tres años, hmm Gara se llamaba. Morena de pelo corto y ojos verdes, alta y esbelta, una gran mujer. No sé donde andará a estas alturas de la vida, i con esta situación en España…Seguro que volvió a su país natal; Rumanía. La conocí en un “Pub” un  sábado noche, o madrugada, iba con un pedal que me impide recordar con exactitud, así que lo único de lo que me acuerdo perfectamente, es cuando la vi allí apoyada en la barra, rodeada de un montón de gente, fue como si no hubiese nadie más. Me sentí a solas con ella, cuando me miró de lejos a los ojos, y se acercó.  

lunes, 14 de mayo de 2012

Goede dag!


Goede dag; buenos días en Holandés. Quería empezar dándoos los buenos días a los seguidores de mi blog, a los que leéis todas mis entradas, i a los que os acabáis de despertar, o se van a ir a dormir después de leer esto. También a todas las demás personas que conozco y no conozco. Pues eso, buenos días.
Hoy, en despertarme, he reflexionado sobre el miedo a ser débil. Han aparecido como por arte de magia unas manchas de costra en mi cara. Me he sentido vulnerable. Todo el mundo va a reírse de mi en el instituto, voy a tener que escuchar criticas de pena hacia a mí, o de burla... Yo solo quiero que me vean como siempre, ¡Solo son pupas! Van a acabar yéndose, y nadie las recordará.
Espero que no les den mucha importancia.
Dejando eso de lado, hoy hace muy buen día, hace sol, calor y un poquito de viento, pero no molesta, refresca. De camino al instituto he ido reflexionando, como os decía antes, sobre el miedo a ser débil. Muchos lo tenemos, algunos lo expresamos, otros solamente lo escondemos... nos creamos máscaras. En parte lo de las máscaras lo entiendo, la gente a veces se toma confianzas que no son, o te hacen daño si te conocen demasiado bien. Y otros, se dedican a meterse con la vida de las personas que no conocen, y las juzgan por su máscara. Si por ellos fuese tendrías más de mil millones de vidas, no se si me explico. Volvamos al tema; la cuestión es que hay que ser débil, pero no aparentarlo. Sobretodo, nunca te sientas débil por llorar, llorar es una expresión de valientes, siempre he creído que sirve para desatascar toda la presión acumulada en mucho tiempo de tragar y tragar...
ºAtento, para acabar, quédate con ésta frase; Ser sensible, no significa ser débil. Y ésta otra que he elaborado de mis propias experiencias, y puede que un día os sirva de ánimo o consejo para seguir adelante..."No es cobarde el que no muestra su carácter a todos; Es inteligente por mostrarlo a quién lo merece" 







lunes, 7 de mayo de 2012

Diario de una gótica solitaria.


Aquella "gorda", como la había escuchado llamar, tenía catorce años.En el momento que la vi estaba estampada contra las taquillas de mi pasillo por un empujón del motivado de Enrique. Era una chica de tercero de eso como cualquier otra, que por culpa de la sociedad y sus comentarios se había encerrado en sí misma, dispuesta a no salir en mucho tiempo. A ella, le gusta vestir estrecha, con mallas apretadas, camisetas de tirantes ajustadas, le encanta rizarse el pelo, y ponerse rímel. Sin embargo, viste ancha, casi cada día con la misma ropa; Chándal, preferentemente negro, unas viejas bambas de deporte también oscuras con unos cuantos agujeros en la punta, y una coleta baja con un mechón de pelo en cada lado del flequillo.  
Yo la veo todos los días por los pasillos de mi instituto. Me he fijado en que no se relaciona con la gente, es más, cuando pasa por al lado de un grupo de adolescentes de su edad baja la cabeza y se pega la carpeta al pecho para pasar desapercibida. Se le ve una chica bastante insegura, y tímida, pero solo a primera vista. 
Me han contado mis compañeras de clase que antes era popular, y se juntaba con las "guays" del curso, pero que dio un cambio radical en su alimentación a causa del divorcio de sus padres, y que lo pasó muy mal. Dicen que ella siempre se ha apoyado en la comida para olvidar las penas y desahogarse.
También se comenta que pasado un verano, ella estuvo en casa de su padre, en Noruega, y que apareció el primer día de clase llena de moratones y rasguños, vestida como suele ir normalmente ahora. Los comentarios acerca de su vestimenta y su comportamiento cada vez eran mas retorcidos, negativos y dolorosos. Hasta llegaron a pegarle. Su nombre pasó de ser Cristina, a ser Gorda, morcilla, foca y otra clase de insultos. Quedaba con sus supuestas amigas, y volvía a casa con lágrimas en los ojos, pues ellas le daban plantón, quedaban en otro sitio entre ellas para que se quedase sola.
Cuando supe esto, aun me concentré más en tenerla, por así decirlo vigilada.
Ésta mañana he salido al patio un poco dormida, la clase de historia era aburridísima. Mientras me rascaba los ojos escuchaba bullicio en la parte de abajo de la pista, como si hubiese un concierto de Black Metal ahí en medio. En salir he visto a todo el curso haciendo un corrillo en medio del campo de fútbol, yo me he seguido rascando los ojos sin ponerle interés. Hasta que pasado un rato, cuando yo ya estaba en mi árbol estirada en la rama donde no da el sol, leyendo una historia sobre fenómenos paranormales, ha venido Miguel a preguntarme si no me acercaba a ver la pelea.
Me giré. Miré a la multitud y le pregunté desganada;
- ¿Que tiene de interesante?
- ¡Le están pegando a la gorda, de momento Denise y María le han saltado las gafas de un guantazo!
María dice que le ha mirado mal. Dijo él entre risas nerviosas.
En oír esto, abrí los ojos como platos. Sin pensarlo dos veces pegué un salto de la rama, y fui corriendo al centro del campo. (En el acto mi libro quedó tirado sobre la hierba verde)
Miguel, como no, soltó un comentario estúpido.
- "Ya va la gótica a salvar a su amada gorda, ¿para cuando la boda?"
Yo le hice butifarra sin ni si quiera mirarle, y seguí corriendo y empujando a la gente para adentrarme en el corrillo. Exactamente, Denise y María estaban dándole patadas a Cris.
Grité. Eso bastó para captar la atención de todos. Me miraron con respeto. Soy la típica gótica solitaria borde con la que nadie habla, lleva los ojos con sombra negra, rajas y cadenas en los pantalones pitillo, y debajo medias de red con botas militares. Todos se abrieron dejando más espacio entre ellos. De repente la pista se quedó vacía, solo quedábamos Cris y yo. La miré. Desde mi punto de vista quizá parecí más borde aun de lo que suelo ser, pero mi mirada era más bien un; tranquila, la sociedad es retrasada, vengo a ayudarte. (Yo estaba de pie, y ella tirada en el suelo. Le sangraba el labio inferior). Le he extendido la mano para ayudarla a levantarse. Ella la ha cogido, agachando la cabeza, suavemente se ha secado con la muñeca la sangre que caía por sus labios mientras pronunciaba muy bajito;
- Gracias.
- ¿Estás bien? La gente de por aquí es bastante gilipollas. No dejes que te traten así anda. Defiéndete.
Mi nombre es Sara. 
- Muchas gracias por ayudarme. Estoy bien sí. Tienes razón la gente de por aquí es muy gilipollas. (Dicho eso sonrió) El mío es gorda para la gente, pero en verdad me llamo Cristina. 
- Lo sé, he estado averiguando sobre ti estos últimos días. Tu historia me parece muy convincente para que seamos amigas. Así que tranquila, te prometo que jamás, volverás a estar sola.
En ese momento Cris, ha alzado la mirada, sus ojos contenían muchísimas lágrimas. En pestañear todas las gotitas pintadas del color "Te lo agradezco aunque ahora solo puedo llorar", caían por sus mejillas.
Le he sonreído a mi manera. Sin enseñar apenas los dientes. Mi brazo izquierdo ha rodeado su espalda.
La historia podría acabarse si fuese una película de esas chulas, en una foto a cámara lenta de ella mirándome agradecida, con la cara empapada, y yo mirando al frente, con mi pelo oscuro mechado de azul eléctrico ondeado por el viento. 


Fdo: Sara, diario de una gótica solitaria. 

sábado, 5 de mayo de 2012

La vida es el regalo más grande


"Aprovecha ahora, que me tienes aquí contigo, para decirme cuanto me amas, para echarme de menos tan solo dos segundos después de avernos despedido, observar mis movimientos uno a uno y que creer estar seguro de que soy perfecta, aunque no lo sea, aprovecha ahora, que sigo con vida i queriéndote, para mirarme fijamente a los ojos, y pensar que quieres que esté contigo para siempre, apretar mi mano para no perderme jamás, porque, de nada sirve llevar flores, y llorarle a una pared con un boquete en el que  hay una caja de madera “conmigo” dentro cuando ya no esté. Los actos bonitos, mejor hacerlos en vida"  

Aquella carta me llegó al corazón, mis ojos se llenaron de lágrimas, no pude evitarlo, a pesar de ser una persona fría. Lástima que lo leyese demasiado tarde, mi esposa ya no estaba allí conmigo, se había esfumado, las sábanas ya no olían a su pelo negro azabache, fue como si nunca hubiese existido.