"Aprovecha ahora,
que me tienes aquí contigo, para decirme cuanto me amas, para echarme de menos
tan solo dos segundos después de avernos despedido, observar mis movimientos
uno a uno y que creer estar seguro de que soy perfecta, aunque no lo sea,
aprovecha ahora, que sigo con vida i queriéndote, para mirarme fijamente a los
ojos, y pensar que quieres que esté contigo para siempre, apretar mi mano para
no perderme jamás, porque, de nada sirve llevar flores, y llorarle a una pared
con un boquete en el que hay una caja de
madera “conmigo” dentro cuando ya no esté. Los actos bonitos, mejor hacerlos en vida"
Aquella
carta me llegó al corazón, mis ojos se llenaron de lágrimas, no pude evitarlo,
a pesar de ser una persona fría. Lástima que lo leyese demasiado tarde, mi
esposa ya no estaba allí conmigo, se había esfumado, las sábanas ya no olían a
su pelo negro azabache, fue como si nunca hubiese existido.
Pues a qué esperas? Quema la carta, antes de que ella te queme a ti!
ResponderEliminar