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miércoles, 12 de diciembre de 2012

12/12/12

Una llamada de teléfono lo cambia todo; El final de una relación de cualquier tipo, un castigo en el instituto, una bronca de tus padres, la pérdida de un familiar... Y aunque también nos dan buenas noticias de vez en cuando, tenemos más presentes las malas, que las buenas. Las llamadas positivas, es decir, las que anuncian una buena noticia, simplemente nos alegran, pero ya no tenemos de que preocuparnos, por lo tanto las aparcamos en un lado de la mente, o las archivamos en el apartado; Cosas que nos ponen de buen humor / Mi felicidad. Sin embargo las crónicas  negativas son todo lo contrario, nos deprimen, nos asustan, se nos almacenan en un lugar llamado "Gran parte del pensamiento", y cada acto que realizamos nos lleva a recordar esa mala mención, cada momento libre que nos queda nos vuelve a la memoria, y nos machacan el estado de ánimo dejándolo K.O.

2 comentarios:

  1. Sería bueno cambiar el chip y aprovechar las malas noticicias para disfrutar de las buenas.
    "Recuerdo lo que disfruté en aquel viaje, las aventuras, las amistades,... a pesar del dolor de pies, del peso de las maletas, de dormir en el aeropuerto, de perder aquella pulsera que me regaló..." Nadie triunfa si no existe el fracaso!

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  2. Jajajaja si es cierto, quien no pierde no gana ¿no?:)

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